Desde los visitantes más inoportunos del sótano hasta los problemas eléctricos que ponen los pelos de punta, los inspectores de viviendas caminan, trepan y se arrastran por situaciones bastante disparatadas. Todo en un día de trabajo.
Pocas cosas son constantes, y eso da pie a interesantes historias de guerra. Sabes que cuando llegues al trabajo encontrarás una casa. O al menos eso esperas. Pero más allá de eso, puede pasar casi cualquier cosa. He aquí 3 de las peores -o mejores, según se mire- historias que los inspectores han relatado en todo el país.
La jungla está ahí fuera
En la mayoría de las casas no sólo viven personas. Ya sean hormigas en la encimera después de las lluvias de verano o ratones en el ático buscando un nido, tarde o temprano los bichos intentan instalarse. Pero quizá no esperes encontrarte una serpiente exótica viviendo en el piso de abajo.
El director de la ASHI de Filadelfia, Blane Illingworth, explica Bankrate que en uno de sus días más interesantes en el trabajo, había entrado en el sótano de la casa como lo haría en cualquier casa. Pero lo que encontró no era nada corriente. Una boa constrictor de 4,5 metros no es una mascota de exterior habitual, especialmente en Filadelfia. Pero eso es lo que encontró. Según Illingsworth, "es increíble lo rápido que puede arrastrarse hacia atrás".
No es la mejor fiesta de inauguración
Los revendedores de viviendas son como los inspectores, al menos en un sentido. Nunca saben en qué se están metiendo realmente cuando están dentro de la propiedad, y eso no ocurre hasta después de cerrar la venta. Esta historia de guerra es un cuento con moraleja para cualquiera que necesite un poco más de calor en la obra: Lleve la suya, al menos hasta que sepa lo que ha comprado.
El inspector de Rhode Island, David Grudzinski, explica a Reportero de la ASHI que el equipo de trabajo de un pirómano encendió un fuego en una chimenea que, por desgracia, sólo era de adorno. Durante el trabajo de los bomberos para apagar el incendio, liberaron vermiculita de amianto del ático. Para empeorar las cosas, el equipo de trabajo aparentemente sabía menos sobre el amianto que sobre las chimeneas. Sólo utilizaron equipos de protección después de que Grudzinski les explicara los peligros y les ofreciera su propia mascarilla.
Una experiencia potencialmente impactante
La electricidad no es para inexpertos. Una casa bien cableada es relativamente segura. Pero en manos de alguien que sólo se imagina que conoce las cuerdas, es algo totalmente distinto. Incluso alguien tan inteligente como un ingeniero puede no saber tanto como cree. Los inspectores de viviendas están para detectar problemas, pero a veces están a un pelo de ser demasiado tarde.
Tal fue el caso de Illingsworth en la inspección de una casa para un ingeniero. El propietario presumía de haber cableado toda la casa él mismo. Por desgracia, había utilizado el cable equivocado. Illingsworth dijo que todo el cableado estaba "negro y crujiente". No entendía por qué la casa no había ardido hasta los cimientos.
Si eres inspector de viviendas durante el tiempo suficiente, te encontrarás con situaciones disparatadas. Forma parte del sector. Los propietarios hacen cambios en nombre de las mejoras, pero a veces sólo empeoran las cosas. Por eso son tan importantes los inspectores cualificados y certificados.
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