Los compradores de viviendas son sus clientes más frecuentes, con diferencia, pero hay una nueva tendencia hacia las inspecciones previas a la venta. También llamadas inspecciones previas a la venta, son una decisión inteligente por parte del vendedor.
Aprender lo que es bueno y lo que es malo capacita al vendedor para tomar las decisiones correctas a la hora de poner la casa en el mercado. Y, por suerte para ti, puede suponer un ingreso extra para tu bolsillo.
Son buenas para el vendedor
La mayoría de los vendedores tienen una idea bastante aproximada del valor de su casa. Y si no es así, lo sabrán rápidamente cuando empiecen a trabajar con un agente inmobiliario. Pero lo que quizá no sepan es el estado real de la casa.
Parece ilógico, ya que los vendedores viven en la casa todos los días. Pero a veces vivir con un problema hace que una persona sea un poco ciega a él. Sacudir la palanca del inodoro en el baño puede ser un hábito tan arraigado que ya ni siquiera se tiene en cuenta. ¿Y con qué frecuencia mira alguien realmente el tejado?
Con una inspección previa a la venta, el vendedor obtiene una imagen mucho más clara del estado de la vivienda, afirma la agente inmobiliaria Melissa Rolland, de la agencia inmobiliaria Hartford Courant. Piense en ello como una revisión de mantenimiento de la vivienda. La información que le facilite le permitirá invertir dinero en reparaciones importantes y le ayudará a determinar el valor real de la vivienda.
Otra ventaja para el vendedor es que usted trabajará para él. En la mayoría de las ventas de viviendas, los inspectores trabajan para el comprador. Es posible que el vendedor nunca vea el informe de inspección, y rebatir cualquier hallazgo podría resultar infructuoso. Si tiene su propio informe, tiene una baza para negociar.
También son buenas para el comprador
Cuando un vendedor da el paso proactivo de someterse a una inspección de la vivienda, sus esfuerzos por hacer reparaciones y mejoras basadas en el informe colocan al comprador en una posición favorable. En lugar de comprar una casa que podría estar plagada de defectos, puede comprar una en la que los defectos ya se han corregido.
Además, cuando se han hecho reparaciones, se ahorra al comprador un montón de sorpresas desagradables cuando realiza su propia inspección. Un menor número de sorpresas, sobre todo de tipo desagradable, podría dar al comprador un poco más de fe en la integridad de la vivienda en la que está a punto de invertir.
Pero, ¿qué pasa con las reparaciones que no se han hecho? Una inspección previa a la venta también puede ayudar al comprador en ese aspecto. Si el vendedor comparte su información, las reparaciones pendientes pueden ser una herramienta de negociación que ayude a ambas partes a llegar a un acuerdo satisfactorio. Y si el vendedor se ofrece a hacer esas reparaciones, el trato mejora aún más.
Otra posibilidad es que el comprador se salte la inspección. Es un gasto de bolsillo, y no faltan cuando se compra una casa. La inspección del vendedor puede servir para dos cosas y ahorrar algo de dinero al comprador.
Las inspecciones previas a la venta también son buenas para usted. Los inspectores de viviendas siempre necesitan un flujo constante de negocio. Con esta tendencia, su cuenta de resultados podría ser un poco más saludable. Más clientes significan más vías para las referencias, y ese es el nombre del juego en esta industria.
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